Retorno a los objetos concretos. Hacia una teoría del objeto-proceso en arquitectura

2019
Marcelo Grez Villalobos
Profesor Guía: Wren Strabucchi

Entender el edificio «singular» que produce la disciplina de la arquitectura, cuando se usa u observa, tiende a ser una tarea más intelectual que natural. Tras un proyecto considerado normalmente «artístico», que puede fundarse en analogías, metáforas y discursos no necesariamente constructivos, este edificio aparece en el escenario de la vida diaria ofreciendo una experiencia material que, además de presentar oculto a la mirada su inusual «proceso», se presenta dotado una inherente dualidad; pues si por un lado, su «forma» única, es la herramienta que permite a la arquitectura proponer ese modo de «habitar» único y particular a cada situación, en el que cree, por otro, basta con que al habitar no se le considere individual, ni legítima su representación material si no puede democratizarse, para que este edificio quede enseguida expuesto como el producto conveniente de un simple histrionismo al que la forma es proclive.

Si a esto se le toma como un «problema de comprensión», lo que surgirá inmediatamente será una tarea por resolver, un «problema proyectual» disciplinar; porque si el artefacto que produce, es por fundamento libre de ser prácticamente «cualquier cosa», estaría inscrita dentro de esas mismas posibilidades, la de ser justamente aquella «cosa» que, pese a singular, pueda entenderse naturalmente.

Lo que sigue es así, una reflexión teórica sobre uno de los posibles métodos a emplear en la producción de tal edificio; que, como en diversos utensilios hechos espontáneamente por las personas a diario, así como en algunos artefactos artísticos que en el pasado intentaron arribar a similar comunicatividad, se basa en concebir su ensamblaje como el «desensamblaje» explicativo de su anómalo proceso.

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