El capítulo aborda las estrategias estatales de planificación territorial del turismo de masas establecidas para el litoral de Yugoslavia y el litoral de Languedoc-Rosellón, Francia. Desde la perspectiva del desarrollo de prácticas turísticas concertadas, el primer caso situó al turismo como plataforma de desarrollo socio-económico, mientras que el segundo lo vio como un medio para levantar una economía de consumo y un paradigma moderno en torno al placer, dirigido a las clases medias. Ambos casos representan una puesta en acto en concordancia con las condiciones del paisaje en que se situaron.