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Diseño en el Doctorado FADEU: componiendo campos expandidos.

La incorporación del campo del Diseño al ecosistema del Doctorado FADEU no responde únicamente a la necesidad de consolidar un programa interdisciplinario. Supone, sobre todo, una oportunidad para enriquecer y complejizar los marcos metodológicos, las perspectivas y los problemas que confluyen en esta plataforma académica. Con más de 50 años de historia en Diseño UC, se ha gestado una cultura práctica e intelectual cada vez más robusta, que dialoga con otros campos disciplinares y se compromete activamente con los desafíos de su tiempo.

Incorporar la investigación en diseño al Doctorado FADEU no solo abre nuevas posibilidades para abordar problemas contemporáneos desde múltiples niveles y escalas, en sectores diversos de la sociedad. También implica interpelar ciertas certezas disciplinares y asumir una lógica de boundary work: una práctica deliberada de cruce y desplazamiento entre límites, que concibe al Doctorado como una ecología de saberes.

A continuación, propongo cuatro dimensiones fundamentales en las que la cultura investigativa del diseño puede aportar al Doctorado FADEU:

a. Diseño como configurador de mundos

El diseño no puede reducirse a una función decorativa ni a una técnica subordinada a la lógica de la innovación o del consumo. Hoy más que nunca, diseñar es manufacturar mundos: intervenir en aquello que configura nuestras formas de vida, nuestras relaciones sociales, y nuestras ecologías materiales y simbólicas. Se trata de una práctica intrínsecamente transescalar, que opera simultáneamente en lo micro y lo macro, desde la interfaz de una aplicación móvil hasta los flujos de agua, energía y datos que atraviesan territorios y sistemas planetarios. El diseño cruza dispositivos inteligentes, ciudades, organismos vivos, infraestructuras y paisajes. El mundo entero se ha convertido en un laboratorio de diseño, donde cada decisión proyectual contribuye a ensamblar —o desensamblar— las condiciones de habitabilidad que compartimos.

Resulta urgente investigar qué mundos habilita —o inhibe— su práctica. Cómo configura subjetividades, instituciones, infraestructuras y modos de cohabitar. El diseño no es solo una práctica con rigor formal, proyectual y objetual, sino también una forma de pensamiento que participa en la producción de realidad. La cultura del proyecto —entendida como una capacidad de imaginar, anticipar y materializar futuros posibles— adquiere un papel central.

b. Investigación basada en la práctica (practice-based research)  

La segunda dimensión es el desarrollo de una epistemología anclada en la práctica. La ciencia moderna ha operado bajo dualismos —pensar/hacer, teoría/práctica, saber/sentir— que marginan lo material como fuente legítima de conocimiento. Sin embargo, el diseño activa otras formas de saber, a través del trabajo con materiales, prototipos, cuerpos, tecnologías e intervenciones.

La investigación en, para y a través del diseño desestabiliza jerarquías epistémicas establecidas y permite generar conocimiento original desde la acción situada. Lejos de ser un mero auxiliar de otras disciplinas, el diseño se ha consolidado como un campo capaz de investigar desde su hacer, abriendo nuevas preguntas, lenguajes y metodologías. Ello permite no solo estudiar para mejorar artefactos o servicios existentes, sino también investigar a través del diseño para comprender fenómenos complejos desde una lógica situada, especulativa y experimental.

c. Diseño como espacio interdisciplinario.  

El diseño posee una capacidad singular para articular saberes diversos —científicos, técnicos, comunitarios y más-que-humanos— en torno a problemas complejos y sistémicos. En un contexto donde las crisis sociales y ecológicas desbordan las fronteras disciplinares, se vuelve indispensable cultivar entornos de inteligencia colectiva y colaboración radical.

Desde su cultura proyectual, el diseño no solo imagina soluciones, sino que habilita dispositivos metodológicos capaces de movilizar múltiples formas de conocimiento, promover la co-creación y dar forma a imaginarios compartidos. Esta apertura metodológica convierte al diseño en un catalizador de una cultura de prácticas orientada a la coproducción, la cohabitación y el reconocimiento de interdependencias. En esta ecología de saberes, lo interdisciplinario deja de ser una simple agregación de perspectivas para volverse una recomposición activa de la realidad.

d. Diseñar Futuros

Finalmente, el diseño aporta una sensibilidad proyectual insustituible: su vocación por anticipar lo que aún no existe, por imaginar lo que podría llegar a ser. La investigación en diseño no se limita a resolver problemas definidos de antemano, sino que se atreve a abrir preguntas, explorar caminos inciertos y especular sobre futuros posibles. Más que ofrecer soluciones cerradas, el diseño propone futuros que abren futuros, activando procesos que desbordan lo dado y amplían el campo de lo pensable y lo practicable.

Esta actitud especulativa y transformadora es clave frente a los desafíos de habitabilidad planetaria que enfrentamos. Porque el diseño no solo opera desde el lenguaje formal y estético, sino también desde la imaginación material, el pensamiento crítico y la experimentación situada. Proyectos que integran reflexión teórica, trabajo empírico y práctica proyectual permiten activar formas de conocimiento capaces de desdiseñar modelos insostenibles y de proyectar horizontes más justos, interdependientes y habitables.

En este contexto, los invito a concebir este programa doctoral como un campo de conocimiento expandido, donde Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos no operen como compartimentos estancos, sino como agentes activos de transformación. A través del cruce entre saberes, prácticas y sensibilidades diversas, podemos ensayar nuevas formas de conocer, proyectar y cuidar los mundos que habitamos —y los que aún están por venir. 

Martín Tironi. Director y académico de la Escuela de Diseño y miembro del claustro del Doctorado en Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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Curso de posgrado I Ecologías, tecnologías y prácticas urbanas

Este curso introduce a los estudiantes empírica y teóricamente a los debates contemporáneos que problematizan las aproximaciones antropocéntricas a la vida urbana, incorporando en la reflexión el cómo entidades más que humanas (tecnologías, algoritmos, datos, vegetales, animales, imaginarios, infraestructuras, etc.) reconfiguran la noción de espacio urbano y sus procesos.

Profesores 

Martín Tironi / Martes: 2,3 / 10:00 a 12:50
Pablo Hermansen / Cátedra / Taller / Seminario

Categoría / Interdisciplinar / sin requisitos ni restricciones

tironi hermansen