Autores: Antonio Daher, Alejandra Sandoval
No existe solo una geografía de la pobreza, también una ecología de la pobreza. La pobreza se ha urbanizado proporcionalmente más que la población, y la ecología de la pobreza ha conformado ecosistemas metropolitanos marcados por la adaptación para sobrevivir. En ellos, la degradación social se correlaciona con la degradación ambiental.
El artículo trata de la ecología humana, la ecología de la pobreza y el hábitat de los pobres. No casualmente entre los primeros modelos urbanos están los basados en la “ecología humana”, sosteniendo que la segregación social es también ecológica.
Y actualmente la vivienda y los servicios básicos, mayoritariamente urbanos, son variables relevantes en la medición de la pobreza multidimensional.
En la ecología de la pobreza, la especie humana, la más protegida legalmente, resulta habitualmente la más depredada por su propia especie, como recurso sobreexplotado o subutilizado, fluctuando entre mercancía y cesantía. Los pobres, segregados
y exiliados extramuros de la ciudad, habitan en áreas de riesgo ecológico, con densidades y promiscuidades patológicas, en relaciones ecosistémicas críticas social y ambientalmente. Son lugares estigmatizados y poblaciones discriminadas que sobreviven en condiciones suburbanas, peor aún, infraurbanas e infrahumanas.
http://revistas.ubiobio.cl/index.php/RU/article/download/2356/2188/